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Buenos y malos días en el Parkinson: ¿por qué el cuerpo parece no responder?

Las personas con enfermedad de Parkinson suelen notar que hay días en los que se sienten casi “normales” y otros en los que el cuerpo parece no responder. Esos cambios no son casuales: se deben a las fluctuaciones motoras y a las discinesias, dos complicaciones comunes del tratamiento con levodopa. Entender por qué ocurren y cómo controlarlas puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.


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¿Qué son las fluctuaciones motoras y las discinesias?


Cuando se inicia el tratamiento con levodopa, la mayoría de los pacientes experimenta un alivio continuo de los síntomas. Pero con los años, el cerebro pierde parte de su capacidad para almacenar dopamina, y la respuesta al medicamento se vuelve menos estable.


  • Fluctuaciones motoras: son esos momentos en que el efecto de la medicación “se apaga” (“off”) antes de la siguiente dosis, haciendo que reaparezcan el temblor o la rigidez. Luego, tras tomar la pastilla, el cuerpo “enciende” (“on”) otra vez.


  • Discinesias: son movimientos involuntarios, rápidos o retorcidos, que aparecen cuando la dopamina está en niveles altos, especialmente en los picos del efecto de la levodopa.


Estas variaciones pueden presentarse incluso varias veces al día y generan una sensación frustrante de inestabilidad.


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Causas un equilibrio delicado en el cerebro


El Parkinson avanza lentamente, y las neuronas que producen dopamina —la sustancia que regula el movimiento— van disminuyendo con el tiempo. Esto hace que el cerebro dependa casi por completo de la medicación.


Cada dosis de levodopa actúa durante un tiempo limitado (unas 3 a 4 horas), y su efecto puede verse afectado por factores tan simples como la hora del día, el tipo de comida o el tránsito intestinal. Incluso las proteínas de los alimentos pueden competir con la levodopa por su absorción en el intestino.


Además, el propio tratamiento, con sus “subidas y bajadas” de dopamina, puede sensibilizar los receptores del cerebro, generando una respuesta exagerada en forma de movimientos involuntarios (discinesias).


Diagnóstico y tratamiento


El diagnóstico se basa en observar los patrones de movimiento y en el relato del paciente. A veces, grabar videos en casa o llevar un diario de síntomas ayuda al neurólogo a identificar los momentos “on” y “off”.


El tratamiento es personalizado, y suele combinar ajustes de medicación, nuevas formulaciones y apoyo nutricional.


1. Ajustar las dosis y horarios de levodopa. Se pueden administrar dosis más pequeñas pero más frecuentes (“fraccionadas”) o combinar con medicamentos que prolongan su efecto, como los inhibidores de COMT (entacapona, opicapona) o los inhibidores de MAO-B (rasagilina, safinamida).


2. Nuevas formulaciones. Existen versiones de levodopa de liberación prolongada (como Rytary o Crexont) que mantienen niveles más estables durante varias horas, reduciendo los “bajones”.


3. Medicamentos complementarios. Los agonistas dopaminérgicos (como pramipexol o rotigotina) imitan la acción de la dopamina y pueden disminuir el tiempo “off”. Sin embargo, requieren un seguimiento cercano por posibles efectos secundarios como somnolencia o alucinaciones.


4. Alternativas de rescate: Para los episodios súbitos en los que el medicamento oral tarda en hacer efecto, se pueden usar opciones rápidas como la apomorfina subcutánea o la levodopa inhalada, que actúan en pocos minutos.


5. Tratamientos avanzados. Cuando los medicamentos ya no logran mantener estabilidad, se consideran terapias asistidas como la estimulación cerebral profunda (DBS) o la infusión intestinal continua de levodopa (LCIG).


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Recomendaciones prácticas


  1. Toma los medicamentos siempre a la misma hora.

  2. Evita las comidas ricas en proteínas cerca del momento de la dosis.

  3. Anota tus horarios de medicación y síntomas, o usa una app para seguimiento.

  4. Informa a tu neurólogo si notas temblores, rigidez o movimientos involuntarios nuevos.

  5. Mantén una buena hidratación y digestión, ya que el intestino influye en la absorción del fármaco.


Recuerda: los ajustes deben hacerse siempre con supervisión médica. No cambies las dosis por tu cuenta.


Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista



 
 
 

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