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Cambios de conducta en la demencia: cuando el cerebro pide ayuda sin palabras


Cuando un ser querido empieza a mostrarse irritable, confundido, agitado o triste sin razón aparente, la familia suele preguntarse: “¿por qué ya no actúa como antes?”. En la demencia, estos cambios no son un capricho ni un rasgo de personalidad: son señales de que el cerebro está enfrentando desafíos que afectan la conducta, las emociones y la vida diaria.


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¿Qué son los síntomas neuropsiquiátricos en la demencia?


Los síntomas neuropsiquiátricos son alteraciones del comportamiento, el ánimo o la percepción que pueden aparecer en personas con demencia. Incluyen ansiedad, depresión, irritabilidad, agresividad, alucinaciones, apatía, insomnio o agitación.


Aunque pueden ser muy angustiosos para la familia, es importante recordar que no son intencionales. Estos síntomas surgen porque la enfermedad afecta las áreas del cerebro que regulan emociones, juicio y comunicación.


Aparecen en todas las etapas, pero suelen ser más frecuentes a medida que la demencia avanza. Detectarlos y entenderlos es clave para brindar un cuidado seguro y compasivo.


¿Por qué ocurren estos cambios?


Los síntomas conductuales y emocionales no aparecen “de repente”. Son el resultado de varios factores que se acumulan:


Cambios cerebrales propios de la enfermedad


Las zonas que controlan el comportamiento, como los lóbulos frontal y temporal, pierden conexiones. Esto provoca impulsividad, desinhibición, ansiedad o dificultad para manejar frustraciones.


Factores físicos


Dolor, infecciones, estreñimiento, deshidratación, trastornos del sueño o efectos secundarios de medicamentos pueden desencadenar cambios bruscos de conducta.


Factores ambientales


Demasiado ruido, actividades confusas, visitas excesivas, cambios inesperados o entornos poco familiares pueden generar miedo, agitación o agresividad.


Factores emocionales


El paciente puede sentirse desorientado, incomprendido o incapaz de expresarse, lo que aumenta la ansiedad y la frustración.

Comprender que el comportamiento es un “síntoma” y no un acto voluntario permite responder con compasión en vez de confrontación.


Diagnóstico y tratamiento


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El primer paso ante un cambio de conducta es buscar la causa. El médico evaluará si existe dolor, infección, efecto secundario de medicamentos o problemas de sueño.


Evaluación y diagnóstico


Se revisan:

  • Medicamentos actuales.

  • Sueño y alimentación.

  • Entorno y rutinas.

  • Cambios emocionales o físicos recientes.


A veces, ajustar un fármaco o tratar una infección reduce notablemente los síntomas.


Tratamientos no farmacológicos (primera elección)


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Antes de usar medicación, se recomiendan estrategias centradas en el bienestar y la seguridad del paciente:


  • Crear una rutina diaria estructurada.

  • Reducir ruidos, visitas o estímulos abrumadores.

  • Evitar discusiones: redirigir con calma funciona mejor.

  • Mantener iluminación adecuada, especialmente al anochecer.

  • Actividades significativas: música, fotos familiares, ejercicios suaves, paseos.

  • Reaseguramiento verbal: hablar con voz suave, tocar la mano, explicar cada paso.


Estas intervenciones suelen mejorar ansiedad, irritabilidad, agitación y confusión


 Medicamentos


Solo se usan cuando los síntomas son severos, peligrosos o causan mucho sufrimiento los más utilizados son:


  • Antidepresivos para ansiedad o depresión.

  • Antipsicóticos en agitación o psicosis grave (con supervisión estricta).

  • Melatonina o terapias para regular el sueño.


El objetivo nunca es “dormir” al paciente, sino mejorar su bienestar y seguridad.


Recomendaciones prácticas y señales de alerta


Cuidar a una persona con demencia requiere paciencia, observación y estrategia. Aquí algunas pautas:


Recomendaciones útiles


  • Hablar con frases cortas y sencillas.

  • Evitar preguntas abiertas como “¿qué quieres hacer?”.

  • Mantener objetos familiares a la vista.

  • Usar música suave para calmar momentos difíciles.

  • Evitar cambios bruscos de ambiente o rutina.

  • Asegurar hidratación y buena nutrición.


Señales que requieren consulta médica


  • Agitación repentina o agresividad.

  • Alucinaciones aterradoras o delirios que generan miedo.

  • Pérdida rápida de sueño o inversión del ciclo día-noche.

  • Rechazo a comer o beber.

  • Confusión aguda o deterioro brusco (posible infección).

  • Cambios después de iniciar un medicamento.


Detectar estas señales a tiempo evita complicaciones y reduce el sufrimiento del paciente y la familia.


Acompañar a alguien con demencia es un acto de amor profundo, pero también un desafío emocional diario. Los cambios de conducta no son un reflejo de su carácter, sino del daño que la enfermedad causa en su cerebro. Respira, observa y recuerda que tú también necesitas apoyo.


La comprensión, la calma y la paciencia son herramientas tan valiosas como cualquier medicamento. Cuidar de otro empieza por cuidarte tú. Estoy aquí para orientarte en cada paso del proceso, con ciencia, empatía y humanidad.



Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista.



 
 
 

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