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Cuida tu corazón, protege tu cerebro: cómo prevenir un accidente cerebrovascular antes de que ocurra

¿Sabías que lo que haces cada día con tu cuerpo también afecta directamente a tu cerebro? Dormir poco, comer con prisa, vivir estresado o no moverte lo suficiente no solo perjudica al corazón: también puede dañar las arterias que llevan oxígeno al cerebro.


La buena noticia es que prevenir un accidente cerebrovascular o un infarto cerebral comienza mucho antes de que aparezcan los síntomas. Hoy te contaré cómo hacerlo, paso a paso


 El vínculo entre el corazón y el cerebro


El corazón y el cerebro son como dos compañeros inseparables: lo que afecta a uno, impacta al otro cuando las arterias que nutren el corazón se enferman, las del cerebro también sufren. Por eso, los mismos factores que causan enfermedades cardíacas, como la presión alta, el colesterol elevado, el tabaquismo o la diabetes, también aumentan el riesgo de accidentes cerebrovasculares (ictus).


El objetivo de la prevención primaria es actuar antes de que ocurra el daño. No se trata de “curar”, sino de cuidar: adoptar hábitos que mantengan el sistema vascular sano y fuerte, desde la juventud hasta la madurez.


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Por qué se dañan las arterias?


Imagina tus arterias como mangueras por donde fluye el agua que alimenta todo tu cuerpo con el tiempo, ciertos factores van acumulando grasa, colesterol y calcio en sus paredes, formando una especie de “tapón” (placa aterosclerótica) que reduce el paso de la sangre.


Estos son los principales enemigos silenciosos de tus arterias cerebrales:

  • Hipertensión arterial: es el factor más peligroso y más frecuente. La presión alta daña las paredes de los vasos cerebrales.

  • Colesterol elevado: el exceso de grasa en la sangre obstruye las arterias.

  • Diabetes: el azúcar en exceso daña los vasos y acelera la aterosclerosis.

  • Tabaquismo: cada cigarrillo reduce el oxígeno y endurece las arterias.

  • Sedentarismo y sobrepeso: disminuyen la circulación y aumentan la presión arterial.


Lo importante no es solo conocerlos, sino detectarlos y tratarlos antes de que causen daño cerebral.


Diagnóstico y prevención médica


Tu médico puede ayudarte a conocer el estado de tu salud vascular con controles sencillos, como:

  • Medición de la presión arterial.

  • Análisis de colesterol y azúcar.

  • Evaluación del peso, índice de masa corporal y circunferencia abdominal.


Según los resultados, se pueden recomendar medidas de prevención personalizadas:

  1. Cambios en el estilo de vida: base fundamental de la prevención.

  2. Tratamientos médicos preventivos: en algunos casos, el médico puede indicar medicamentos para controlar la presión, el colesterol o el azúcar.

  3. Prevención del ictus en casos de alto riesgo: en personas con arritmias (como fibrilación auricular), puede ser necesario usar anticoagulantes para evitar coágulos que lleguen al cerebro.


La clave está en el equilibrio: mantener una vida saludable no significa vivir restringido, sino aprender a cuidar tu energía y tu bienestar.


 Hábitos diarios que protegen tu cerebro


El cuerpo y el cerebro se fortalecen con decisiones pequeñas pero constantes aquí tienes algunas acciones simples que tienen un impacto enorme:

  1. Mide tu presión al menos una vez al año.

  2. Cuida tu alimentación: prioriza frutas, vegetales, legumbres y pescado. Reduce sal, azúcar y frituras.

  3. Muévete cada día: camina, baila o haz ejercicio 30 minutos al menos 5 veces por semana.

  4. Hidrátate bien: el cerebro necesita agua para funcionar correctamente.

  5. Duerme suficiente: el descanso regula la presión y el metabolismo.

  6. Si fumas, busca ayuda para dejarlo.

  7. Controla el estrés: la tensión emocional sostenida afecta la salud del corazón y del cerebro.

  8. Hazte chequeos regulares, incluso si te sientes bien. La prevención empieza antes de los síntomas. Pequeños cambios hoy pueden evitar una gran emergencia mañana

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El cerebro no avisa con tiempo. Cuando ocurre un accidente cerebrovascular, cada segundo cuenta.

Pero también es cierto que la mayoría de los ictus pueden prevenirse si cuidamos nuestros hábitos diarios.


Dormir bien, alimentarte con conciencia, controlar tu presión y moverte cada día son formas de proteger no solo tu corazón, sino también tu mente, tu memoria y tu independencia.

Cuidar tu cerebro es cuidar tu vida.


Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista.

 
 
 

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