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Dolor en racimos: cómo aliviar uno de los dolores de cabeza más intensos

Hay dolores de cabeza y luego está el dolor en racimos. Quienes lo han vivido lo describen como un dolor “imposible”, que llega sin aviso, concentrado detrás de un ojo, y que puede despertar en plena noche. Afortunadamente, existen tratamientos que pueden detener el ataque cuando comienza y devolverle al paciente el control sobre su vida


¿Qué es el dolor en racimos?


El dolor de cabeza en racimos (también llamado cluster headache) es un tipo de cefalea primaria caracterizada por episodios breves pero intensos de dolor, generalmente alrededor o detrás de un ojo. Suele durar entre 15 minutos y 3 horas, y puede repetirse varias veces al día durante semanas o meses, para luego desaparecer por un tiempo.


A diferencia de la migraña, el dolor en racimos tiende a ser unilateral (en un solo lado) y se acompaña de síntomas como:


  • Ojo rojo o lagrimeo.

  • Nariz congestionada o goteo nasal.

  • Sudoración facial.

  • Inquietud o necesidad de moverse durante el episodio.


Por su intensidad, se le conoce también como “cefalea suicida”, lo que refleja el nivel de sufrimiento que puede causar.


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¿Por qué ocurre este dolor tan intenso?


Aunque la causa exacta aún no se comprende completamente, sabemos que el hipotálamo, una región del cerebro que regula los ciclos del sueño y la vigilia, juega un papel central esto explica por qué los ataques suelen ocurrir a la misma hora cada día o incluso durante la noche.


Durante el episodio, hay una activación anormal del nervio trigémino —responsable de la sensibilidad facial—, junto con cambios en los vasos sanguíneos y una liberación de sustancias inflamatorias que generan un dolor punzante e insoportable.


También hay factores que pueden desencadenar o agravar los ataques, como el consumo de alcohol, la falta de sueño, los cambios de horario o incluso ciertos olores fuertes.


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Tratamiento agudo cómo detener el dolor cuando aparece


El manejo del dolor en racimos es una carrera contra el tiempo: el objetivo es actuar en los primeros minutos del ataque los analgésicos comunes (como el paracetamol o el ibuprofeno) no son efectivos porque el dolor progresa demasiado rápido.


Los tratamientos más eficaces incluyen:


  1. Oxígeno inhalado

    El oxígeno al 100 % es el tratamiento de primera línea el paciente inhala oxígeno a alto flujo (12–15 litros por minuto) a través de una mascarilla durante unos 15–20 minutos .En la mayoría de los casos, el dolor mejora en menos de 10 minutos. Es un tratamiento seguro, rápido y sin efectos secundarios relevantes.


  2. Triptanos inyectables o nasales

    Los triptanos, usados también para la migraña, son otra opción eficaz el sumatriptán inyectable (6 mg subcutáneo) puede detener el dolor en pocos minutos cuando no se dispone de inyecciones, se puede usar sumatriptán o zolmitriptán en aerosol nasal, aunque el alivio puede tardar un poco más.


    Importante: los triptanos no deben usarse en personas con enfermedad cardíaca o hipertensión no controlada, por lo que su uso siempre debe estar indicado por un médico.


  3. Neuromodulación y otros métodos

    En casos en los que los tratamientos anteriores no funcionan, se están explorando terapias de estimulación del nervio occipital o dispositivos portátiles de neuromodulación no invasiva, que reducen la actividad del nervio trigémino estas opciones aún están en estudio, pero ofrecen esperanza para los casos más resistentes.


  4. Evitar los desencadenantes

    Durante los periodos activos de crisis, se recomienda evitar por completo el alcohol, incluso en pequeñas cantidades, ya que puede provocar un ataque casi inmediato también conviene mantener rutinas de sueño regulares y evitar la exposición a luces brillantes o ambientes con humo.


Recomendaciones prácticas para el día a día


  • Mantén un diario de dolor: anota la hora, duración y posibles detonantes de cada ataque.

  • Ten a mano tu oxígeno o medicación de rescate para usarla apenas sientas el inicio del dolor.

  • Evita el alcohol y los estimulantes durante los periodos de crisis.

  • Duerme y despierta siempre a la misma hora; los cambios bruscos de rutina pueden activar un episodio.

  • No te automediques: los tratamientos deben ser personalizados por un neurólogo con experiencia en cefaleas.


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El dolor en racimos es uno de los más intensos que puede experimentar una persona, pero también uno de los más tratables cuando se reconoce a tiempo.


No se trata solo de resistir el dolor, sino de aprender a detenerlo con las herramientas adecuadas.

El oxígeno, los triptanos y una buena planificación pueden transformar la vida de quienes viven con esta condición.


Si sufres episodios de dolor intenso, repentino y unilateral, no lo ignores: consulta con tu neurólogo. Cada minuto cuenta cuando se trata de aliviar el dolor en racimos.


Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista.


 
 
 

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