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El peor dolor de cabeza de tu vida: ¿Sabes cuándo es una emergencia cerebral?


Todos hemos sentido alguna vez un dolor de cabeza fuerte, pero ¿qué pasa cuando ese dolor aparece de forma repentina y se siente como “el peor dolor de cabeza de tu vida”?


Esa descripción es típica de una hemorragia subaracnoidea, una urgencia neurológica que ocurre cuando hay sangrado alrededor del cerebro. Reconocerla a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.


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¿Qué es una hemorragia subaracnoidea?


La hemorragia subaracnoidea (HSA) es un tipo de accidente cerebrovascular hemorrágico. En lugar de que un vaso sanguíneo se obstruya (como en el infarto cerebral), aquí se rompe un vaso y la sangre se acumula en el espacio entre el cerebro y una de sus membranas protectoras, llamado espacio subaracnoideo.


Este sangrado puede irritar y comprimir el tejido cerebral, alterar la presión dentro del cráneo y provocar daño neurológico severo. La HSA es una emergencia médica que requiere atención inmediata en un hospital.


 ¿Por qué ocurre?


Existen dos causas principales


  • Ruptura de un aneurisma cerebral: un aneurisma es una dilatación o “bulto” en la pared de una arteria. Cuando esta se debilita y se rompe, la sangre se libera violentamente alrededor del cerebro. Es la causa más frecuente de HSA espontánea.


  • Traumatismo craneal: una caída o golpe fuerte puede romper los vasos que rodean el cerebro y causar una hemorragia similar.


Otras causas menos comunes incluyen alteraciones en la coagulación o el uso de medicamentos anticoagulantes.


Algunos factores de riesgo aumentan la posibilidad de ruptura de un aneurisma:


  • Presión arterial alta no controlada.

  • Tabaquismo.

  • Consumo excesivo de alcohol.

  • Antecedentes familiares de aneurismas cerebrales.


 Diagnóstico y tratamiento


El síntoma más característico es un dolor de cabeza súbito e intenso, descrito por muchos pacientes como “el peor de su vida”. Puede ir acompañado de:


  • Náuseas o vómitos.

  • Pérdida de conocimiento.

  • Rigidez de cuello.

  • Convulsiones.

  • Sensibilidad a la luz.


Ante la sospecha de una HSA, el médico solicita una tomografía computarizada (CT) del cerebro. Si la tomografía no muestra sangre pero los síntomas persisten, se puede realizar una punción lumbar para analizar el líquido que rodea el cerebro.

Una vez confirmada la hemorragia, el siguiente paso es identificar la causa, generalmente mediante estudios de los vasos sanguíneos del cerebro como:


  • Angiografía por tomografía (CTA) o por resonancia magnética (MRA), que usan tintes especiales para visualizar las arterias.

  • Angiografía cerebral con catéter, que permite ver los vasos directamente y, en muchos casos, tratarlos en el mismo procedimiento.


Tratamiento


El manejo requiere hospitalización en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Los objetivos principales son:

  • Controlar la presión cerebral y evitar un nuevo sangrado.

  • Suspender medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios (como aspirina o warfarina).

  • Tratar el aneurisma roto, ya sea

    • Colocando espirales (coils) o un stent dentro del aneurisma mediante un catéter, o

    • Realizando cirugía abierta para colocar un clip metálico que bloquee el flujo de sangre hacia el aneurisma.


Durante la recuperación, el equipo médico vigila complicaciones como:

  • Vasoespasmo: estrechamiento repentino de las arterias cerebrales, que puede causar un nuevo infarto.

  • Convulsiones, desequilibrios de electrolitos, arritmias o infecciones pulmonares.


Recomendaciones y señales de alerta


Después de superar una hemorragia subaracnoidea, el seguimiento neurológico es esencia algunos pacientes pueden presentar secuelas como:

  • Dificultades de memoria, concentración o lenguaje.

  • Cambios en el estado de ánimo o la personalidad.

  • Problemas de movilidad o debilidad muscular.


Para reducir el riesgo de recurrencia:

  • Controla la presión arterial con ayuda médica.

  • Evita fumar y consumir alcohol en exceso.

  • Cumple los controles de imagen indicados por tu neurólogo.

  • No suspendas ni reinicies anticoagulantes sin indicación médica.

  • Mantén una rutina de descanso, alimentación saludable y actividad física adaptada a tu condición.


Busca atención médica inmediata si notas:

  • Dolor de cabeza súbito e intenso.

  • Pérdida de conciencia.

  • Dificultad para hablar o mover alguna parte del cuerpo.

  • Cambios en la visión o convulsiones.


El cerebro es un órgano silencioso, pero cuando se rompe un vaso, grita con fuerza. Ese grito muchas veces se manifiesta como un dolor de cabeza que no se parece a ningún otro.


Escuchar a tiempo esa señal puede salvar tu vida o la de alguien que amas.

Ante un dolor de cabeza repentino e insoportable, no esperes: acude a emergencias. La rapidez en actuar puede ser la diferencia entre recuperarte por completo o sufrir secuelas graves.

Cuidar el cerebro es cuidar la vida: mantén tus chequeos, controla tu presión arterial y escucha a tu cuerpo con respeto y atención.


Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista

 
 
 

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