Ictus isquémico: ¿Qué esperar después? Una guía clara para entender el pronóstico
- Dra. Charinna Di Vanna Duran, Neuróloga- Internista.

- hace 5 días
- 3 Min. de lectura

Cuando una persona sufre un ictus isquémico, la vida puede cambiar de un instante a otro. Es normal que familiares y pacientes se pregunten: ¿Qué pasará ahora? ¿Se recuperará? Comprender qué factores influyen en la evolución ayuda a transitar este proceso con más claridad y esperanza. En este artículo te explico de forma sencilla y basada en evidencia cómo se evalúa el pronóstico tras un accidente cerebrovascular.
¿Qué es el ictus isquémico y por qué importa su pronóstico?
El ictus isquémico ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se bloquea, lo que impide que las neuronas reciban oxígeno. Es una emergencia médica que requiere atención inmediata para reducir el daño.
El pronóstico se refiere a cómo podría evolucionar la persona:
¿Se recuperará completamente?
¿Tendrá alguna discapacidad?
¿Cuál es el riesgo de complicaciones o recaídas?
Aunque cada caso es único, existen patrones que ayudan a orientar lo que podría suceder durante los días, semanas y meses posteriores.
¿Qué factores influyen en la evolución del paciente?
El pronóstico no depende de un solo elemento, sino de la combinación de varios:
La rapidez del tratamiento
Cuanto antes se restablezca la circulación cerebral por ejemplo, con trombólisis o trombectomía, menor es el daño una frase muy usada en neurología lo resume bien.
“El tiempo es cerebro.”
Mientras más minutos pasan sin flujo sanguíneo, más tejido cerebral se pierde.
La zona del cerebro afectada
No todos los ictus tienen el mismo impacto
Los que afectan áreas motoras pueden causar debilidad o parálisis.
Los que afectan áreas del lenguaje pueden provocar dificultades para hablar o comprender.
Los que comprometen el tronco encefálico suelen ser más graves por su papel vital.
La severidad inicial del ictus
Escalas como la NIHSS ayudan a medir qué tan comprometido está el paciente al llegar a emergencia en general.
Ictus leve → mejor pronóstico.
Ictus severo → mayor riesgo de discapacidad.
Edad y condiciones médicas previas
La recuperación suele ser mejor en personas jóvenes y sin enfermedades como
Hipertensión
Diabetes
Fibrilación auricular
Enfermedades cardíacas
Estas condiciones también aumentan el riesgo de nuevos eventos.
Diagnóstico y pasos posteriores al ictus: ¿Qué se evalúa y por qué?
Después de estabilizar al paciente, el equipo médico realiza varios estudios para
Identificar la causa del ictus
Puede deberse a:
Un trombo formado en una arteria del cerebro
Un coágulo que viaja desde el corazón
Estenosis carotídea
Problemas de coagulación
Saber la causa es fundamental para prevenir otro episodio.
Evaluar el daño cerebral
Imágenes como la tomografía o la resonancia magnética muestran qué áreas fueron afectadas y permiten estimar riesgos futuros, como edema o hemorragia secundaria.
Iniciar rehabilitación temprana
La rehabilitación motora, del lenguaje o cognitiva debe comenzar lo antes posible.
La evidencia es clara mientras antes se inicie la terapia, mejores resultados se logran.
Recomendaciones prácticas y señales de alerta tras un ictus
Qué pueden hacer los pacientes y familiares
Mantener los controles médicos estrictos.
Tomar los medicamentos de prevención secundaria (antiagregantes, anticoagulantes, estatinas, según el caso).
Controlar la presión arterial y glucosa.
Evitar el cigarrillo y el consumo excesivo de alcohol.
Seguir la rehabilitación aunque el progreso parezca lento.
La recuperación neurológica puede continuar durante meses e incluso años.
Señales de alerta para buscar atención inmediata
Después de un ictus, pueden ocurrir complicaciones. Consulta de inmediato si aparece:
Debilidad repentina en cara, brazo o pierna
Alteración del habla
Nuevos episodios de confusión
Visión borrosa o doble
Dolor de cabeza intenso o diferente a lo habitual
Pérdida de conciencia
Convulsiones
Siempre es mejor evaluar temprano que lamentar una recaída.
Un ictus cambia vidas, pero no define el futuro. La recuperación es un camino que requiere tiempo, paciencia y apoyo. Cada pequeño avance cuenta, y cada persona tiene su propio ritmo de mejoría. Si tú o un ser querido han atravesado un evento como este, te acompaño a comprenderlo, afrontarlo y planificar un cuidado que permita recuperar autonomía y calidad de vida. No estás solo en este proceso.
Dra. Charinna Di Vanna
Neuróloga- Internista.




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