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¿Te mareas al girar la cabeza? Podría tratarse de vértigo posicional benigno

¿Alguna vez has sentido que todo da vueltas al acostarte, girar en la cama o mirar hacia arriba? Ese tipo de mareo repentino, que dura apenas unos segundos pero deja una sensación intensa, es más común de lo que parece. En muchos casos, se trata del vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), una alteración del oído interno que afecta el equilibrio. Aunque su nombre suene complicado, entenderlo y tratarlo es más sencillo de lo que imaginas.


 ¿Qué es el vértigo posicional benigno?


El vértigo es una sensación falsa de movimiento: el entorno parece girar, aunque estés quieto. En el caso del vértigo posicional benigno, esa sensación se desencadena cuando cambias la posición de la cabeza —por ejemplo, al voltearte en la cama, agacharte o mirar hacia arriba— y suele durar segundos o pocos minutos.

El término “benigno” indica que no se trata de una enfermedad grave, aunque puede ser muy molesto y afectar la calidad de vida. Lo que ocurre es un pequeño desajuste dentro del oído interno, donde se encuentran los canales que controlan el equilibrio.


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¿Por qué ocurre?


Dentro del oído hay diminutos cristales de calcio llamados otoconias, que ayudan al cuerpo a percibir el movimiento y la posición. A veces, estos cristales se desprenden y se mueven hacia zonas donde no deberían estar, provocando que el cerebro reciba señales erróneas sobre la orientación del cuerpo.


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.Imagina que esos cristales son como “arena dentro de un reloj de agua”: cuando se acumulan en un sitio incorrecto, alteran el flujo del líquido que transmite la información del equilibrio.El resultado: una sensación de giro o desequilibrio cuando mueves la cabeza.


Las causas más frecuentes son:

  • Cambios bruscos de posición.

  • Golpes leves en la cabeza.

  • Infecciones del oído o del equilibrio.

  • El envejecimiento natural del sistema vestibular.En muchos casos, no se identifica una causa específica, y el episodio aparece sin aviso.


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Diagnóstico y tratamiento: cuando el movimiento cura


El diagnóstico se realiza principalmente mediante la historia clínica y pruebas de movimiento que reproducen el vértigo de forma controlada. El neurólogo o el otoneurólogo puede realizar maniobras diagnósticas (como la de Dix-Hallpike) para confirmar de qué lado está afectado el oído.

La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, el tratamiento no requiere medicamentos ni cirugía. Se basa en ejercicios específicos llamados maniobras de reposicionamiento, que buscan devolver los cristales a su lugar correcto.


Algunas de las más utilizadas son:

  • Maniobra de Epley modificada: se realiza en una cama o camilla, moviendo la cabeza y el cuerpo en una secuencia precisa.

  • Maniobra de Semont: útil cuando se sabe cuál oído está afectado; consiste en moverse rápidamente de un lado a otro para liberar los cristales.

  • Ejercicios de Brandt-Daroff: recomendados cuando no se tiene claro qué oído está comprometido; se hacen en casa, recostándose hacia ambos lados.


Estos ejercicios pueden provocar mareo momentáneo, pero son muy efectivos. En muchos pacientes, el vértigo desaparece en una o dos sesiones.


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 Recomendaciones prácticas y señales de alerta


Después de una maniobra, es posible que sientas un ligero mareo residual durante uno o dos días, pero no debe ser persistente.Algunas recomendaciones para tu recuperación:


  • Evita movimientos bruscos de cabeza durante las primeras 24 horas.

  • Duerme con la cabeza un poco elevada.

  • Practica los ejercicios solo bajo la orientación de tu médico o fisioterapeuta vestibular.

  • Si los mareos regresan, puedes repetir los ejercicios indicados o acudir a tu especialista para ajustar el tratamiento.


Consulta de inmediato si el vértigo se acompaña de síntomas diferentes, como pérdida de audición, visión doble, dificultad para hablar, debilidad facial o desmayo. En esos casos, puede tratarse de otra condición neurológica que requiere atención urgente.


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El vértigo no siempre es una señal de algo grave, pero sí es una llamada del cuerpo para prestar atención al equilibrio. En el vértigo posicional benigno, la clave está en el movimiento: el mismo movimiento que provoca el mareo puede, con orientación adecuada, ser el camino hacia la mejoría.


Si te sientes mareado o notas que “todo gira” al moverte, no lo ignores. Hablarlo con tu médico puede devolverte la estabilidad —literal y emocional— que necesitas.


Recuerda: tu bienestar empieza con escuchar lo que tu cuerpo intenta decirte.


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Dra. Charinna Di Vanna

Neuróloga- Internista

 
 
 

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